miércoles, 13 de marzo de 2013

Por un puñado de voltios...

Tenía ganas de probar una moto eléctrica. No hay muchas alternativas que realmente se puedan llamar de verdad "moto", pero la ZERO DS ZF-9 que probé recientemente sí que tiene aspecto y prestaciones de "moto de verdad". Todavía son muy caras de compra, comparadas con sus similares de gasolina, y tampoco tienen mucha autonomía. Además, sus tiempos de recarga siguen siendo absurdamente altos lo que las hace casi inviables para otra cosa que no sean circuitos cerrados o rutas preconfiguradas de pocos kms. Ahora bien, como moto utilitaria para ir al trabajo, a la universidad, reparto ciudadano o similares no tienen rival... una vez obviado el precio de compra y los tiempos de recarga que, seguramente, mejorarán en no mucho tiempo. No es que no valgan para viajar, que por potencia y prestaciones les sobra, sino que por su escasa autonomía, la escasez de puntos de recarga y el tiempo que se emplea en la misma, las hace poco aconsejables. Ahora bien, un viaje teniendo pervistas paradas de recarga cada 100 kms. y sin tener mucha prisa... sí que sería viable ¿quién sabe?

El modelo que probé fue el ZERO DS ZF9 versión 2012 que es la versión trail, del modelo base S, de carretera. Este modelo monta un motor eléctrico de alta eficiencia, Doble-Stator Axial Magnético de Flujo Permanente, Motor Brushless con refrigeración de aire forzado, con una potencia de 22 KW, unos 30 CV. Monta una batería de 9 kWh de capacidad máxima, que le proporciona una velocidad punta máxima de 129 km/h y una autonomía de 180 km. en ciudad y unos 100 en autopista.

Es una moto muy ligera y estrecha con un aspecto algo desgarbado, alta de asiento y con una línea streetfighter bastante agresiva. Sorprende no encontrar maneta de embrague ni pedal de cambio. El motor eléctrico va unido directamente a la corona trasera con una correa dentada. Es decir, no lleva ni cambio, ni embrague, ni variador. Giras la llave de contacto y no suena nada, sólo destellan los pilotos del cuadro y la aguja del velocímetro hace su recorrido de chequeo. Das puño y la moto echa a andar con un suave zumbido in crescendo a medida que aceleras. No hay vibraciones, no hay ruido, no hay humo... sólo empuje y el sonido del viento acompañado del suave silbido del motor. Empuja con bastante fuerza para tratarse de un motor de "sólo" 30 CV pero tiene disponible el máximo par motor desde el primer giro de puño con lo que el empuje es poderoso. A nivel de frenos, cumple bastante bien con su disco delantero de doble pistón y el trasero de simple pistón, aunque tampoco pude probarla a fondo puesto que la moto estaba sin matricular y fue en un polígono industrial. Las suspensiones me parecieron bastante duras, aunque tienen regulación tanto en precarga de muelle como en dureza de amortiguador, la trasera, y la horquilla también cuenta con varios niveles de regulación.

Realmente me sorprendió lo bien que va la moto, aunque me queda la duda de cómo irá la nueva versión de la ZERO, tanto DS Trail, como la S Carretera, versión 2013, debe ir todavía mejor, ya que se anuncia con un motor sobrepotenciado a nada menos que 40 KW, 54 CV a 4.300 rpm. con un par motor de 92 Nm. lo que supone un incremento de más del 90% respecto al rendimiento de la versión 2012. Además, el nuevo pack de baterías de ión Litio que incorporará llegará a los 11,4 kWh de capacidad máxima, lo que, según el fabricante, le permitirá recorrer unos 200 km. en ciudad, 122 a unos 88 km/h en carretera y unos 100 a 112 km/h de media.



Vista lateral de la ZERO DS ZF-9 v2012


Vista trasera donde se aprecia la estrechez del conjunto


Así se ve desde el puesto de pilotaje


Lateral derecho del conjunto motor-basculante


Primer plano del motor ZERO de 30 CV de potencia


Rueda trasera con la corona dentada de grandes dimensiones


Llanta delantera con su disco lobulado con pinza de doble pistón


Vista longitudinal con su asiento largo, estrecho y alto




1 comentario:

  1. Todavía queda mucho por recorrer en I+D para vehículos totalmente eléctricos. Las prestaciones son justas y distan bastante de cualquier artilugio de combustión interna. Si a ello se añade el elevado precio final, el cliente potencial huirá de su adquisición. Con esto no quiero decir que la relación calidad/precio sea baja, sino que entiendo muy bien que los costes de I+D han de ser elevados y por tanto repercuten al usuario.
    De momento no dejan de ser una curiosidad para el motero habitual. No obstante en competición, sí que puede resultar atractivo, en particular al no requerir de mucha autonomía en cierta pruebas.
    Por cierto, no he visto modelos híbridos aún. Sería una alternativa interesante, como ya lo son en el automóvil.
    Rafael

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