sábado, 4 de julio de 2015

Barranco del Arco

Domingo, 28 de junio de 2015. Tras unas cuantas semanas de inactividad, tenía ganas de coger la moto y hacer una ruta de media distancia en la que descubrir algo nuevo. Este momento ha llegado hoy, junto con una poderosa ola de calor, lo que no me incitaba a alargarme mucho en el recorrido ni en el horario.

Mi intención era salir pronto para volver también relativamente pronto, y casi lo consigo. A pesar de que en esta época del año, sobre las 6,30 horas ya hay luz solar, no fue hasta poco después de las 8 de la mañana cuando pude ponerme en marcha. Y es que ya se sabe, es difícil compatibilizar afición y obligaciones. Alcanzar el punto de equilibrio es un conjunto continuo de piruetas.

Bueno, al lío. En este caso, me propuse recorrer un paraje que descubrí -como casi siempre- trasteando con el google maps y viendo carreteras y parajes cartografiados pero que no son muy conocidos, o al menos, que no son carreteras con nomenclatura oficial o bien caminos rurales. Se trata del Barranc de L´Arc (Barranco del Arco), una carretera que se convierte en camino, partiendo de la población alicantina de Sella, en dirección a la comarcal CV-70 donde se encuentran varias poblaciones emblemáticas. Las más cercana, donde desemboca el camino, es un precioso mirador, poco antes de llegar a Benimantell y al Castell de Guadalest, en dirección norte.


En ruta hacia el Barranco del Arco


El Barranco del Arco se encuentra en Sella (Alicante). Se trata de un paraje recorrido por un camino entre picos y paredes de piedra, de unos 14 km de longitud. En él se encuentra la peña de "El Divino" de 1.100 m. sobre el nivel del mar, y varias paredes verticales de cientos de metros de altura muy conocidas por los aficionados a la escalada. Parte de esta ruta está asfaltada, pero en su mayor parte es un polvoriento y pedregoso camino en bastante buen estado, pero con esa pizca de aventurilla que supone cualquier ruta que se salga del asfalto, donde lo previsible pierde su sentido y más sobre dos ruedas, donde la grava, el polvo, las torrenteras, la tierra y las piedras ponen a prueba continuamente al piloto y al precario equilibrio de estos condenadamente divertidos vehículos.

Una vez más, como casi siempre que hago un nuevo descubrimiento, no llegué a completar el recorrido previsto. La relativa longitud del tramo, pero sobre todo, el agobiante calor que hacía cuando me adentré en el barranco, me aconsejaron dejarlo para otra ocasión ante la perspectiva de seguir y tener que volver por el mismo camino, que era mi objetivo inicial. Debe ser algo ya psicológico pero me pasa a menudo, aunque bien pensado, puede ser una buena elección: ante una dificultad o duda, me doy la vuelta. Es una de las ventajas de salir solo: tú decides, tú haces según tu propio y único criterio.

El caso es que, al final, calculo que realicé algo más de la mitad del recorrido del camino, parando a descansar y a recuperarme del calor antes de volver por el mismo. En total fueron unos 163 km de disfrute por carreteras secundarias de curvas, poco tráfico, parajes solitarios y con la guinda del Barranco del Arco que, aunque sin acabar el recorrido, me dejó muy buen sabor de boca y una excusa perfecta para volver a recorrerlo hasta el final cuando no haga tanto calor.



Punto de inicio hacia el Barranco del Arco, en las
inmediaciones del cementerio de Sella.


Uno de los muchos picos que jalonan el recorrido,
todavía por asfalto.


Las paredes verticales de piedra también abundan,
muy apreciadas por amantes de la escalada.


Espectaculares cortados que invitan a desviar
la mirada desde el camino.


Uno de los tramos buenos del camino... Que no se
acabe nunca!!!


Mirando en dirección Sella, desde el punto de parada.


Panorámica de una de las zonas del barranco,
dirección oeste.


Una de las muchas crestas rocosas que bordean
el camino.


Una parada a la sombra del camino para recuperarme
del intenso calor...


Fuera ya de la zona del Barranco del Arco, tomé esta
patética imagen del embalse de Amadorio (Orxeta)
bajo mínimos por la pertinaz sequía.







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